De lo concreto a lo abstracto
De lo concreto a lo abstracto, la mejor forma de aprender aritmética.
El pensamiento concreto y abstracto son términos que escuchamos en torno a la educación de nuestros hijos y sabemos que es importante la desarrollen, pero a veces no sabemos específicamente como hacerlo y mas cuando necesitamos analizarlo en torno a cada aprendizaje.
El pensamiento concreto es una de las primeras formas en las cuales los pequeños logran traducir, comprender y aprender el mundo que los rodea. Si lo pudiéramos decir así, claro que es mucho mas complejo que esto, pero es la forma en la cual aprendemos en los primeros años de vida. Por eso es que llenamos a los infantes de figuras geométricas, colores, muñecos, animales de la granja para que después, de forma concreta, el pequeño vea una vaca y sepa que sonido hace y así es como logramos que aprendan los animales de la granja, los colores, etc.
Cuando logramos el pensamiento formal o abstracto es cuando podemos trasladar este aprendizaje a otras situaciones y aplicarlo. Piaget aseguraba que el pensamiento formal ocurre entre los 12 y 16 años de edad, y además es necesario para lograr hacer operaciones mentales. Y Aristóteles decía que el pensamiento formal nos permite separar y formar conceptos más precisos y complejos.
“con la metodología japonesa, logramos que los niños aprendan los números y las operaciones aritméticas con el soroban (ábaco japonés) ya que todo el tiempo están trabajando de forma concreta las operaciones.”
Hablando específicamente del aprendizaje de aritmética, para los niños y me atrevería a decir que para el ser humano en general, es muy importante que introduzcamos los números de forma concreta. Pero ¿cómo introducimos los números de forma concreta? Dejando que los niños junten fichas, tapas, las apilen y las cuenten. Separen por colores las unidades, decenas y centenas. Actualmente existen bastantes materiales como ábacos, regletas, bases 10, etc y son buenos para “jugar con los números”.
Sin embargo es sumamente importante, no solo introducir el numero, si no mantener la práctica con materiales concretos durante el proceso de aprendizaje y dominio de las operaciones aritméticas por el tiempo suficiente para que ellos logren la abstracción, para posteriormente trasladar este aprendizaje a otras áreas. De aquí además es importante que el material que empleemos no solo sea vistoso, sino sea práctico para mantener la atención y concentración de los niños y puedan avanzar al ir ejecutando operaciones.
Recuerdo cuando era niña y en el colegio me trataron de enseñar algo de matemáticas con regletas. Me parecían tan bonitas y entretenidas que me ponía a construir casitas y hacer dibujos en primer plano, nunca en esa época aprendí algo de matemáticas con regletas.
Con el aprendizaje de aritmética mental con la metodología japonesa, logramos que los niños aprendan los números y las operaciones aritméticas con el soroban (ábaco japonés) ya que todo el tiempo están trabajando de forma concreta las operaciones. Esto permite la comprensión de los procesos aritméticos de tal forma que después de dominar el uso del ábaco o de sus manos logran hacer operaciones mentales para posteriormente lograr aplicar estos conocimientos en diferentes aspectos, no solo académicos, sino también de su día a día. Además de que el sorban es un material muy práctico para manipular.
Mayte Rivas